¿Quién
no tiene una de esas carreras atravesada y año tras año no hay manera? Una de
esas carreras que hagas lo que hagas, simplemente no sale. No sale, no sale y
no sale. A mí eso me pasa con la Nectarina Atlética.
Mi
historia con esta carrera es una de esas historias amor-odio que tanto abundan
en estos días, pero a lo running.
He
participado en ella 4 veces, todas las ediciones. Pero ¡NO SALE!
Me
explico:
Participé
en la 1ª edición de esta carrera ya hace 4 años (como pasa el tiempo), y
conseguí quedar la tercera de mi categoría de los 10km. Por primera vez conseguía
subir al pódium.
Cierto
es que no hacia ni un año que había empezado a correr y me hizo mucha ilusión.
Cuando
fui a recoger mi trofeo, en lugar de darme una copa, una chapita o algo
conmemorativo de la carrera, me dieron una bolsita con un regalo. Concretamente
un fular (un pañuelo para el cuello). Y la verdad sea dicha, que según mi madre
era una prenda de mucha calidad, pero yo me esperaba una copa.
También
hay que tener mala suerte que la primera vez que subo a un pódium no den copa
–me dije a mi misma. Total que pille un rebote importante, pero nada comparado
con el año siguiente.
En
la 2ª edición de esta carrera me volví a apuntar a la carrera 10km. porque soy
masoquista. Ese año no me fue también como el anterior, pero quede la 1ª de la
categoría.
Espere
una hora para la entrega de los premios y… ¡Sorpresa!, habían cambiado el
reglamento a última hora y mi categoría no existía. Ni la mía ni la de Montse,
otra corredora que, como yo, estuvo esperando para nada. Le mire la cara que
puso cuando se dio cuenta de que no teníamos premio y llegue a la conclusión
que mi cara sería igual o peor.
¡REBOTE,
REBOTE, REBOTE! El rebote me duró 3 días.
Me
prometí a mí misma que no me apuntaría a ninguna carrera de ese pueblo, ni
aunque fuera una carrera de galgos o de caballos. ¡Vamos, ni en bici!
El
año pasado (3ª edición) no es que no me acordara de mi promesa del año
anterior, pero me apunte a la carrera de 5km. por hacerla con mis compañeros.
El
día de la carrera pasó un vendaval por el pueblo y se llevó hasta las vallas.
Por lo cual en lugar de ir una vez a hacer la carrera, tuve que ir dos.
Como
no tenía pretensión alguna, excepto la de participar en el evento y compartirlo
con mis amigos, hacer la carrera no me dio ni frio ni calor.
Acabé
la carrera con un tiempo de 24’ 52”, la 5ª de la general femenina. Como no
tenía aspiración alguna, en ningún momento me sentí decepcionada.
Y
este año… Este año...
EL KARMA.
No
sé si alguno de los lectores cree en el karma, pero para los que no estén
familiarizados con el término les diré que se trata de un condicionamiento con
el que nacemos y que podemos aumentar o minimizar a través de nuestros actos, palabras
y pensamientos, según los budistas.
María
de los Ángeles, no te salgas del tema que te pierdes.
La
cuestión es que este año me he vuelto a apuntar a la Nectarina Atlética a la
carrera de 5km. Sí, lo sé, soy masoquista reincidente. Me he apuntado con la
aspiración de acabar la carrera en menos de 24 minutos. Me he apuntado junto
con 10 representantes de mi equipo el C. A. Fraga-Bajo Cinca. Nos hemos
apuntado para divertirnos y porque la semana pasada un representante de la
organización de la carrera vino a visitarnos a Fraga para animarnos a
participar.
Yo
ya me había apuntado días antes porque he decidido retomar las carreras de 5km.
de la Lliga de Ponent ahora que me estoy recuperando de mi lesión.
La
cuestión es que el sábado día 16 de julio a las 20:30 horas, con una
temperatura de 29-30 grados yo y 340 corredores más estábamos bajo el arco de
salida de la 4ª edición de la Nectarina Atlética.
Se
da la salida y salimos a toda velocidad. En mi caso como las cabras, como si no
hubiera un mañana, como si se acabara el mundo, como…
(NOTA:
en mi caso, como de las carreras lo que más me gusta es el principio y el
final, salgo siempre a alta velocidad durante un kilómetro, me estabilizo en un
ritmo asumible el resto de la carrera y me marco un spring final de 100-150
metros a lo Isabel Pascual, pero a lo cutre, si las fuerzas me lo
permiten).
Lo
dicho, salgo disparada a 4’ 20” el primer kilómetro para instalarme en un
cómodo 4’ 45” los siguientes kilómetros detrás de una chica del Club
Trotallunatics de nombre “Ro”. Que nombre más raro –me digo a mí misma mientras
corro a escasos 5 metros de ella. Con este ritmo tengo suficiente para
conseguir acabar la carrera a menos de 24’ mi objetivo para ese día –pienso en
mi interior.
Pero
no. El Karma es el Karma y en el kilómetro 4, “Ro” se desmalla a los pies de
dos corredores y delante de mis narices.
Los
chavales se paran y yo también. Los chicos no saben qué hacer y mientras vacío
la botella de agua fría que tengo en las manos en la cara de “Ro”, les digo a
los chicos que ya me hago cargo que sigan. “Ro” parece que espabila y entre los
tres la ponemos de píe. Los chavales marchan.
“Ro”
se acaba de espabilar y hace por correr. Le digo que no se preocupe, que corro
a su lado. La chica empieza a correr de forma vacilante, pero correr al fin y
al cabo.
Esta
es de las mías, de las que “mueren matando” –pienso mientras seguimos trotando.
Y
como no podía ser de otra manera, la chica al ver el arco de meta acelera
ligeramente, como para hacer un spring.
Sonrío
y pienso: María de los Ángeles, que no se te vaya la olla y no le hagas un
spring a la pobre chica, que hace apenas unos minutos la acabas de recoger del
suelo.
Me
pongo dos metros detrás de ella y cruzamos la meta. Y la dejo disfrutar de su
victoria unos segundos antes de cogerla del brazo y llevármela al puesto de la
Cruz Roja para que la visiten.
Mientras
es asistida por los sanitarios me dice que se llama Rocío y que siente mucho
haber interrumpido mi carrera. Le digo que hay muchas carreras y que lo
importante son las personas.
Y
eso me recuerda que mientras Rocío estaba estirada en el suelo nos pasó por
delante unos cuantos corredores y ninguno paro para preguntar cómo estaba la
chica. El “Ansia viva” por mejorar la marca personal o llegar antes que otro
corredor no justifica que pases de largo delante de una persona desvalida. ESTO
NO ES DE BUEN RUNNER, y define muy bien a las personas.
Mientras
a Rocío le hacen la prueba de la glucemia, otra corredora cruza la meta y se
desploma. Los sanitarios salen corriendo hacia ella. La chica no reacciona y
acaba en la ambulancia con una vía de suero en el brazo.
Dejo
a Rocío con un amigo suyo y me despido de ella.
EL KARMA 2.
Con
la carrera perdida, pero muy satisfecha me reúno con mis compañeros que poco a
poco han ido entrando a la meta. Tito ha llegado el 3º de la general de 10km.
Para alegría suya y de todos. Y el resto han hecho una gran carrera. Esta vez
nos vamos a ir contentos. Tanto por la organización como por los resultados
conseguidos.
Junto
con José Manuel nos vamos a recoger el bocadillo que nos ofrece la organización.
Pero como somos como somos, ninguno de los dos tiene el tiquet del bocata y
hemos de ir a buscarlo al coche.
Por
el camino nos encontramos a Enric de Iter5 y me dice que tengo premio. Me quedo
un poco contrariada, puesto que he tardado un siglo en cruzar la meta y en las
carreras de 5km. no hay categorías, cosa que no entiendo. Si pagamos lo mismo
que los corredores de 10km ¿porque no hay categorías? Pero esta reivindicación
me la guardo para otro día.
El
tema es que llega la entrega de premios y como había dicho Enric, me toca
premio. Me quedo “patitiesa” cuando el speaker me llama para recoger el premio
a la corredora más “anciana” de la categoría de 5km. Jajajaj. Todavía me estoy
riendo.
Y…
me dieron un trofeo como a la ganadora de la carrera. Exactamente igual. Una
placa con la figura de la Nectarina.
¡Ya
tengo mi trofeo de la Nectarinaaaaaaa!!!!!!
Que
extraño es esto del running: en 25’ 36’ me ha dado tiempo de correr 5
kilómetros, asistir a una persona desvalida (ser una heroína según una amiga) y
ganar el premio a la corredora más YAYA de la categoría de 5km.
¡QUE
GRANDE ES EL RUNNING! ¿Alguien lo duda?
María
de los Ángeles CASTILLO.