Sábado por la tarde. Lleida. Cursa Templers. Salida carrera a las 20,30h. Temperatura 30º. Nos espera un fin de semana movidito.
Llegamos al Turó de Gardeny, justos de tiempo. Ya estaba todo el mundo allí y con el dorsal y la bolsa del corredor recogida. Nos encontramos con Mari, que tan sólo viene para ver la salida de la carrera. Un detalle. Mientras llegamos a la plaza, vamos saludando a unos y otros, charlando. Sin darnos cuenta ya es la hora casi de dar comienzo a la carrera.
Dan la salida y los corredores inician el descenso del turó. Uno tras otro van pasando los 600 corredores que estaban inscritos. Esperando la llegada del primer corredor y desde otro punto del recorrido, me empiezan a acribillar los tobillos las terribles mosquitas negras. No sé porque pensaba que en Lleida no había bichos de estos. Hablo un rato con mi amiga Angélica y poco a poco voy subiendo hacia arriba de nuevo. Llega el primer corredor, Sancho Ayala, con clara diferencia. Después de nuevo vuelve a sorprenderme la llegada de un compañero nuevo en el club. Es la segunda vez que me pasa. Sorprenderme en el sentido de que me pilla despistada. Ya sé que es muy rápido, pero al ser nuevo... pues eso. Llega Tito, el compañero nuevo al que conocí hace más de un año en la carrera de Cervera y que viene pisando muy fuerte.
Jose sigue tocado un poco de la rodilla, pero llega bien, con 53', sin dolor. Cogemos un plato de la fideuà popular. Uuuummm... no sabe a nada. Qué diferencia de la fideuà de la Cursa de la Franja. Aquello sí que era una fideuà. Salvo este detalle, el resto de la carrera, está muy bien organizada. Esperamos la entrega de trofeos tomando unas cervezas y nos vamos a casa. Tarde. Bastante tarde. Hay que preparar cosas para mañana domingo...
Las fotos de la llegada, ya sabéis y lo podéis comprobar, quedan mal al oscurecer. I'm sorry.
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