Al día siguiente, después de la gala cuando sonó el despertador a las 07:00 de la mañana me di cuenta de que me había levantado con la vena torcida.
Mi primer pensamiento fue: que narices hago apuntada a una carrera que ni me gusta ni tiene nada de especial. Lo único que tiene esta carrera es que, no se sabe bien porqué, siempre va mucha gente. El entorno es bonito, pero poca cosa más. Cada año va a menos, no hacen categorías decentes,…
Sí, definitivamente me levanté con la vena torcida y en el camino hacia Ivars mis compañeras no ayudaban. Marta Mesalles en el coche casi se pone a roncar y Isabel Pascual no dijo dos palabras seguidas.
¡Por Dios! ¿Alguien se puede imaginar a Isabel Pascual sin decir una palabra durante la media hora del viaje?... Pues esto es lo que había.
Llegamos al pueblo las primeras, incluso antes que Iván Suarez, y vamos a buscar los dorsales. Como habíamos llegado tan temprano, aun lo era la hora, pero nos atendió una chica muy simpática y todo fueron facilidades.
Después un café en el bar de la plaza y a ponerse un poquito las pilas antes de coger el bus que nos lleva al pinto de salida de la carrera de 5 km.
A la salida del bar encontramos a Joan que al final se animó a correr los 10 km. de esta carrera.
A las 10:30 horas se da inicio de las dos carreras de forma sincronizada y empezamos a correr alrededor del pantano hacia el pueblo en un recorrido que no fue complicado, pero si un poco lento por el tipo de terreno.
Finalmente llegamos al pueblo donde nos espera el avituallamiento final consistente en abundante fruta, gominolas, agua, bebida isotónica... y un bocadillo de longaniza.
La organización del evento fue impecable. Todo resultó perfecto. Los voluntarios estaban donde tenían que estar y todos fueron muy amables.
Y poca cosa más puedo decir al respecto puesto que marchamos del pueblo antes de la entrega de premios. Pero quiero que quede claro que la carrera fue un éxito, como siempre.
Maria de los Ángeles CASTILLO.
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