El pasado domingo día 13 se celebró en la localidad de Guissona la 4ª Sant Tornem-hi!, carrera que da inicio a la edición 2019 de la Lliga de Ponent.
Nos dirigimos a la localidad con la pereza de empezar las carreras del nuevo año y con la obligación de intentar perder el par de kilitos cosechados esta Navidad, más que nada para iniciar de buen pie la “Operación biquini”.
Helada. Guissona estaba literalmente helada. Las calles tenían el blanco del hielo y un peligro que ni te cuento.
Nos dirigimos al pabellón deportivo a recoger la bolsa del corredor y el dorsal y nos encontramos, los de siempre, en la cafetería donde comentamos lo peligroso que puede ser correr por calles con placas de hielo y que hoy, había que tener mucho cuidado con las caídas. Frío y hielo, mala combinación para correr. Pero esto es lo que hay, y hemos venido a correr.
A las 10:30 horas se da la salida de las dos carreras, la de 5 km. y la de 10 km. Y salimos corriendo un poco más lento que de costumbre porque los pasos cebra (en la parte pintada de blanco) es la zona más peligrosa y a poco que sea posible, hay que esquivar.
Nada más salir, cae un corredor, justo delante mio, y se forma un pequeño embudo que en unos segundos se disipa. Unos cuantos corredores nos quedamos atrapados pero enseguida reiniciamos la carrera.
Corremos con precaución hasta el kilómetro 2 en que el hielo desaparece y se empieza a disfrutar de los kilómetros.
Llegamos a meta y nos dirigimos al avituallamiento final y ¡Sorpresa!, no está preparado.
En su lugar había unas bandejas con coca y chocolate para las carreras infantiles. La cuestión es que me extraña muchísimo que el avituallamiento no este preparado porque no es un fallo en el que suelen caer los organizadores de las carreras.
El tema es que había un hombre, con cara de agobiado, preparando los bocadillos de longaniza y los corredores se agolpaban en la mesa hasta que se abrió la veda y atacamos la coca con chocolate. Sí, yo también soy culpable, pero es que llevaba esperando casi 30 minutos y aquella coca me estaba provocando. Jajaja
Afortunadamente, había coca para niños y adultos y todos la pudimos probar. Que por cierto, aquella coca estaba buenísima. Después recogimos el bocadillo y esperamos la entrega de premios.
Los premios, las categorías en las carreras de 5 km., ¡que cruz!.
El caso es que ya venía con la escopeta cargada porque tanto el reglamento de esta carrera como el de la “Cursa de l’Oli” de Les Borges Blanques de la semana que viene, era claramente discriminador hacia los corredores de 5 km. que pagamos lo mismo en las inscripciones y siempre acabamos con menos categorías que los corredores de 10 km., pero me llevo la grata sorpresa de que los organizadores de la carrera de Guissona han rectificado en reglamento y lo han igualado. Un aplauso para ellos porque rectificar es de sabios. ¡Muchas gracias por la parte que me toca!.
La pena es que no todos los corredores de 5 km. sabían lo del cambio de categorías y alguno se fue sin recoger su premio.
Y la otra sorpresa que me llevo es que en lugar de dar trofeos, este año han decidido regalar productos de la zona y me voy a casa con la compra de media semana hecha. Jajaja, ¡que buen rollo!
Para finalizar decir que la bolsa del corredor ha sido muy completa y que si tenemos en cuenta que esta carrera todavía no es muy popular (la participación ha sido de 200 corredores), la verdad es que hay un esfuerzo importante por parte de los patrocinadores y de la organización.
En cuanto a la señalización del circuito ha sido perfecta, los voluntarios estaban donde tocaba, el tráfico controlado, todo correcto. Lo único incomprensible es el tema del avituallamiento final.
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