El pasado domingo se celebró en Vallfogona de Balaguer la curse de la vaca de 10 km., la de la vedella de 5 km. Y una caminata corta de 5 km. En total 3 actividades deportivas que consiguieron reunir a cerca de 400 deportistas, que tal como esta el tema del declive de las carreras populares, no esta mal.
Por la mañana temprano nos dirigimos al pueblo ya que la carrera empieza a las 10:00 horas y no hay que despistarse porque el tiempo te come y después apenas puedes calentar.
Al llegar e ir a buscar el dorsal, ya nos damos cuenta de que hoy va a ser un día exigente. La mañana apunta calurosa y los caminos están muy resecos. También nos damos cuenta de que va ha ser una mañana muy animada puesto que ya, desde ese primer momento, la organización de la carrera se preocupa de que los corredores estemos bien despiertos y nos invita a un café antes de empezar a correr. ¡DETALLAZO!
Entre saludos, calentar un poco y 4 fotos, nos da la hora de la salida.
En esta ocasión hay una amplia representación “Chispi”: Joan que en esta ocasión corrió la carrera de 10 km. Por aquella manía que tienen de no poner categorías en la carrera de 5km., José, Isabel, Marta y yo, María de los Ángeles, que corrimos la carrera de 5 km., y nuestra fotógrafa oficial Montse Horta.
Se da la salida y a escasos 5 metros se cae una corredora con lo que eso supone: pisotones, golpes, obstaculización de corredores, pequeño tapón,... Entiendo que la chica no ha calculado bien y los corredores mas rápidos la han “barrido” literalmente.
NOTA: Es importante conocerse a si mismo y saber que tipo de salidas haces en las carreras. Si eres un corredor de salidas trepidantes debes ponerte en primera linea. Si eres un corredor progresivo debes salir un poco más hacia atrás e ir avanzando a los corredores fogosos poco a poco. Y si eres un corredor lento, te pones en la parte mas retrasada de la salida, delante de los caminadores. De esta manera nadie molesta a nadie en su carrera y se evitan disgustos.
Cosa diferente es cuando los niños corren con los adultos. En estos casos, según mi experiencia, no hay nada que hacer. Se ponen delante, se cruzan cuando quieren, se paran en cualquier sitio,… Ya sabemos todos lo que pasa.
Pero a lo nuestro, se inicia la carrera de forma trepidante y una vez salvado el primer inconveniente, nos lanzamos por las calles asfaltadas del pueblo. ¡Todo un gustazo!. Un kilómetro después empieza el camino reseco y no nos queda otra que respirar el polvo que se levanta al paso de los corredores.
Por el camino la organización ha ido dejando paquetes con diversos regalos de los colaboradores, y mas de un corredor llego cargado a la meta.
En el kilómetro 2,5 hay un avituallamiento liquido y la separación de las dos carreras. Todo muy bien señalizado y controlado por los voluntarios que como la mayoría son corredores, ya saben como tienen que estar las cosas para que no haya equívocos.
Y en apenas darnos cuenta llegamos a la meta donde nos espera un avituallamiento final muy generoso con fruta variada, bebida de todo tipo, chocolate desecho con bizcochos, cerveza… ya os digo, con de todo y en abundancia.
Poco a poco todos los “Chispis” llegamos y disfrutamos de lo que la organización nos había preparado y en esta ocasión todos estuvimos de acuerdo en que la organización de la carrera se lo había currado muchísimo y todo les había salido perfecto.
María de los Ángeles CASTILLO.
Fotos Montse Horta