lunes, 11 de abril de 2016

Cursa Bombers Lleida 2016

 
 
Después de un mes sin ninguna carrera popular, ayer domingo, 10 de abril, nos levantamos temprano para desplazarnos a Lleida, donde estábamos inscritos, Jose y yo en la distancia de 10km, en la multitudinaria Cursa Bombers.
 
Nada más aparcar, empezamos a reencontrarnos con todos nuestros compañeros de fatigas, la mayoría de los cuales no habíamos visto desde la cursa de la Noria.
 
José Manuel, Montse y Gonzalo
 
Nos dirigimos al interior del pabellón, donde recogimos el dorsal y tomamos un café. También, poco a poco, fuimos viendo y saludando a nuestros compañeros-as del club, que como cada año en este carrera éramos muchos. Concretamente, 21, salíamos en los resultados de la distancia larga, más todos los que recorrieron la tan accidentada distancia corta de 5km, que este año, también eran bastantes.
 
Running Blau Peten y C.A. Fraga-B.C.
 
Se estaba acercando la hora de la salida. Momento de calentar un poco, estirar y hacer la foto de grupo para el club, pero como siempre imposible hacerla con todo el mundo, cuando vamos tantos.
 
Faltaban ya unos diez minutos para la salida. Me dirijo al cajón en el que me había inscrito. ¡Qué raro! No estaba nerviosa. Sabía que no podría hacer el mismo tiempo que el año pasado (del que estoy muy contenta) y por supuesto, mejor, aún menos, ya que desde que ha empezado este año, casi no salgo a entrenar y carreras con esta era la tercera, sin contar con la milla del día anterior. Así pues, salí a terminarla, tomándomela como un entreno.
 
A las 10 h. dieron la salida, durante los dos primeros kilómetros me dejé arrastrar por la multitud de corredores. Pensaba "si pudiese seguir a este ritmo toda la carrera ya me conformaba". Dos kilómetros, doce minutos. Pero para eso hace falta entrenar más y más duro. Poco a poco el globo de 60 se fue alejando. Bueno intentaré seguir al de 65, pensé. Malos pensamientos intentaban apoderarse de mí. FUERA. Los alejé. Nada de pensar que no puedo. Claro que puedo. No entreno casi nada. Es verdad. Tardaré más que el año pasado, pero la acabaré y seguramente no seré la última, con más de 3000 inscritos, malo será que llegue la última... pero y si llego la última ¿qué?, lo que importa es llegar. Así que, cada metro que recorría iba recordando la carrera del año pasado y lo motivada que estaba en esa ocasión. Pensaba, ahora viene el avituallamiento, ahora cruzaremos el puente, ahora tenemos una larga recta por delante, ahora viene la bajada... recordando... y recordando, recordé, a una animadora especial que bajó a la calle para darme ánimos y que no reconocí... De nuevo oí gritar mi nombre y sus palabras de aliento, en el mismo lugar, sólo que todo estaba en mi mente. Seguía avanzando. Ya se acercaba el final. Incluso iba adelantando corredoras que por un motivo u otro se ponían a caminar. Hacía mucho calor. Me tiraba un poco de agua por encima en los avituallamientos. Tenía que haberme puesto la camiseta sisada, pensé. Bueno ya casi está, un kilómetro más y listo. Pero las fuerzas ya me estaban empezando a fallar. Divisé un puntito naranja a un lado. Ya sabía que era mi Jose, que me esperaba para acompañarme en el último kilómetro. Me traía un botellín de agua. Venga vamos, me dijo. Esta recta y a la derecha y ya estás en meta. Quería apretar un poco más en el último kilómetro, lo intenté unos metros, volví a mi ritmo y sprinté antes de llegar a todos los arcos de meta. Le choqué la mano al speaker que me la tendió antes de cruzar la alfombra.


YA ESTA. Llegué. No me fijé lo que marcaba el crono. Paré mi garmín. Bueno, 2'22" más que el año pasado. Tampoco está tan mal. Podía haber sido mucho peor.
 
Para Jose, esta fue su quinta cursa de bombers, consecutiva. El recorrido era prácticamente llano, ideal para hacer mejores marcas. Y a cada kilómetro había un grupo de batukada que animaba mucho el ambiente.
 
Por cierto, el avituallamiento a la llegada un poco bastante escaso. Al menos estos dos últimos años en que he corrido yo. Tan sólo manzana y agua. Se ve que había plátanos pero yo sólo vi de ellos la piel planchada por el suelo.


Last Zankada y C.A. Fraga-B.C.
 
Una vez recuperados, nos encontramos con más compañeros, charlamos, sacamos más fotos, tomamos unas cervecitas, más fotos en el camión de los bomberos. Por cierto no os he dicho que la fotógrafa que nos acompañó en esta carrera, fue nuestra hija Nadia.
 
Nadia
 
Allí fue donde nos enteramos de lo que había pasado con la carrera corta. Un desastre. Mal indicada. Todos se equivocaron. Tuvieron que dar la vuelta. Al final corrieron 7 km. Muchos abandonaron. La organización se disculpó y decidieron no hacer entrega de trofeos en esta distancia. Parece mentira. Uno se apunta a estas carreras pensando que estas cosas no pueden pasar y... pasan.
 
Eva B, Laura, Lidia, Eva P. y Montse
 
En fin, de vuelta a casa, paramos en el bar de la esquina, donde había un grupito de corredoras de nuestro club tomando la última antes de ir a comer.
 
La próxima semana, la cita más importante de la temporada. La Cursa de la Franja. Nuestra renovada carrera, está a la vuelta de la esquina. Para los que no estáis apuntados aún, deciros que no os despistéis que el jueves por la noche cerrarán inscripciones. Animaros, tenemos fideuá party y muchas sorpresas más.
  
Nos vemos el próximo domingo en la cursa de la Franja.
 


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