Hace unas semanas me inscribí
junto con una amiga a la III cursa Acuopolis de La Pineda, era una carrera que en
su primera edición yo ya había participado y no tenía buen recuerdo del
recorrido, ya que era repetitivo y aburrido alrededor del complejo del parque,
además recuerdo esa carrera como dura y
sufrida, quizás también porque fue una de mis primeras carreras de 5K, en la
que todavía los 5 se me hacían infinitos...
Pues ahora bien, para que veais
como cambian las cosas quiero contaros mi experiencia en ésta tercera edición:
El madrugón fue considerable
puesto que estar en Pineda a las 8,30 de la mañana no es muy gratificante en el
momento que suena el despertador.....pero ¿Sabéis que cambia la forma de
valorar una experiencia? La meta con la que te propones hacer algo, sí, sí, la
meta, la finalidad. Mi finalidad era pasarlo bien, disfrutar de lo que me gusta,
correr y compartir con buenos amigos un buen día. Eso es lo que hace ver y describir la carrera
como de las mejores en las que he participado, y eso que no son pocas.....
Al llegar allí, nos dieron la
bolsa corredor muy completa, camiseta, caldo, y......lo más esperado, la entrada
posterior a la carrera para el parque aquopolis!!! Además de ser una carrera a
la que atrae a mucha variedad de edades se corre por una buena causa, ayuda a la
esclerosis múltiple.
En la meta como en todas las
carreras nervios antes del pistoletazo de salida, nunca me acostumbraré,
jejeje, la temperatura era perfecta para recorrer los 5k en una buena marca
personal pero ¿cuantos días al año tenemos para hacer nuestras marcas y cuantos
días para disfrutarlos en compañía? Así que preferí disfrutar de la compañía de
mi amiga Bea, Montse, Nadia, Iván, David y Jose Manuel, fuimos fotografiándonos
durante toda la carrera, mejor dicho....Jose Manuel que es el más fuerte del
equipo, fue variando el ritmo para retratarnos incluso en la subida de casi
800m que nos sorprendió al principio. Habían cambiado el recorridoooo!!!! A mí
personalmente me gustó, a pesar de las dos grandes cuestas que luchamos por no acabarlas
andando, que transcurría entre jardines preciosos y vistas al mar increíbles.
La entrada a meta fue
espectacular con Bea cojidas de la mano y esprintando en los últimos 100m, tal
y como hicieron mis compañeros.
Al terminar la carrera miramos el
cronómetro como buen runner, mentiría si dijera que no lo mire, pero como
buenos amigos, o bueno, tal y como yo creo que deberíamos tomarnos el deporte,
nos queda el recuerdo de habernos acompañado, reído, corrido y....... claro
está......las cervecitas, el sol, los toboganes y la playa como guinda de un
día redondo.
Dedicado a todas las personas que
formais parte de mi filosofía.
Eva Berenguer.
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