Ayer día 19 a las 09:00 horas se dio la salida a la Trail “Pujada de Sant Jordi” (Camarasa) prueba puntuable para la Trail Running Series de Lleida de 16,5 km. con un desnivel positivo de 975m.
En
esta ocasión se han conseguido reunir 150 corredores que desde muy temprano han
ido llegando a esta pequeña localidad. Entre ellos 2 del club de Atletismo
Fraga-Bajo Cinca: Cecilio López y una servidora, María de los Ángeles Castillo.
Este
año han tenido una interesante iniciativa para hacer más amena la espera de los
acompañantes y familiares de los corredores que ha consistido en una pequeña
caminata y una charla sobre los hallazgos arqueológicos de la zona.
Para
el que no lo sepa, decir que los alrededores de Camarasa son ricos en
yacimientos arqueológicos y una cueva realmente excepcional. Es la llamada “Cueva del tabaco” en la que puedes
encontrar unas pinturas rupestres del neolítico… Una verdadera joya al aire
libre, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la
UNESCO en 1998. Pero eso
sí, para llegar al lugar hay que sudar un poquito. Caminar un ratito, subir
agarrándote a unas cadenas… pero al final está el premio. Y… es gratis.
(Nota:
otro día ya explicaré porque se llama Cueva del tabaco”)
Pero a lo nuestro, que me despisto sola. Llego por la mañana temprano y me encuentro a un compañero del Clos Pons que me dice que el recorrido de la prueba se ha tenido que modificar a última hora debido a un desprendimiento de rocas que ha destruido parte de una pasarela. Que los agentes rurales han cerrado este tramo porque era inseguro para los corredores. Todo y esto, en ningún momento el recorrido ha perdido el atractivo.
Sabía
que el día anterior había llovido por la zona, pero no creí que las
inclemencias meteorológicas afectaran a la carrera. Pero bueno, los que estamos
aquí, hemos venido a por todas y acarrearemos con lo que nos echen –pienso para
mi misma.
La
prueba se ha iniciado puntualmente a las 09:00 horas y a lo grande. Y digo “a
lo grande” porque nada más empezar, esperaba a los corredores una salida del
pueblo cuesta arriba de aproximadamente 500 metros; seguido de un sendero
también cuesta arriba de 3,5 km.; para continuar con una “pared” casi vertical
que te llevaba directamente a la Ermita de San Jordi en la que se tenía que
escalar, prácticamente.
Ha
habido un momento cuando estaba en medio de la subidita que he dudado de la
existencia de la Ermita de San Jordi. ¿A quién se le va a ocurrir poner una
ermita en un sitio donde no puede subir ni las cabras? –me digo a mi misma
sudorosa–. Seguro que es una leyenda urbana esto de la ermita –pienso–. Y me
quedo más ancha que larga.
Finalmente,
a pocos metros me paro y veo una bandera. Me digo a mi misma que aparte de los
150 corredores que han pasado por ahí, incluido mi compañero Cecilio López,
alguien más ha estado en esa cima y ha puesto la bandera. Y me animo yo sola.
Estos
5 primeros kilómetros han sido muy duros, menos mal que tenía a Cecilio unos
metros delante de mí, animándome, el cual se giraba de vez en cuando para ver
si le seguía.
En este tramo los corredores se han tenido que ayudar de cuerdas para poder coronarlo. Ni que decir tiene que desde arriba las vistas eran impresionantes y que sólo por eso vale la pena subir.
Una
vez llegados a la ermita encontramos el 2º avituallamiento sólido y líquido. El
1º era un avituallamiento líquido que estaba en el kilómetro 2,5, en una
bajadita.
Proseguimos
por un camino con un ligero descenso que las piernas han agradecido, y yo con
ellas. Cecilio va unos metros delante abriendo camino.
El resto de la prueba ha transcurrido por los alrededores del embalse de Camarasa, por montañas escarpadas, caminos boscosos y trialeras.
En
los últimos kilómetros se forma un grupito de corredores que nos vamos animando
unos a otros y vamos haciéndonos relevos. Vamos muy distendidos y animosos,
avisándonos de los peligros de las ramas de los árboles, las piedras sueltas
del suelo…
En
los últimos kilómetros nos esperaba una fuerte y peligrosa pendiente de graba
suelta en la que no te podías despistar mucho para no tener disgustos.
Seguimos
haciendo relevos como si nos hubiéramos organizado antes de empezar la carrera,
como un equipo.
¡Eso
ya es el pueblo! –Grito con emoción–. Y encaramos el último kilómetro, que era
por un camino de tierra en parte, y en parte asfaltado.
¿Pies
para que os quiero? Y empezamos a correr como si nos siguieran los lobos, y
entramos en la meta como los campeones que somos.
Me
lo he pasado muy bien y he tenido el placer de correr con mi compañero Cecilio,
que está mucho más experimentado que yo en esto de la montaña.
En esta ocasión no he tenido ningún percance. Sigo aprendiendo cositas de esto de las trails que hacen que pueda ir mejorando poco a poco, y me gusta.
Datos
técnicos: Hemos encontrado avituallamientos en los km. 2.5, 5, 10
aproximadamente y 1 avituallamiento final. Personalmente me han parecido un
poco escasos puesto que cuando he pasado apenas quedaba fruta. Lo mismo ha
pasado con el avituallamiento final.
Hemos tenido que esperar la entrega de premios para poder comer algo más que un trozo de naranja. Menos mal que se ha arreglado con la coca de recapte y el cava que nos han dado después.
Por
cierto, la coca de recapte de Camarasa es una de las mejores que podéis comer. En esta ocasión han puesto
coca de arengada y de sanfaina, pero para los carnívoros, hay una de
longaniza-butifarra que no tiene desperdicio. Lo de la coca y el cava pega
muchísimo, que lo sepáis.
La
señalización del trazado y el trabajo de los voluntarios han sido buena.
Los
ganadores de la trail han sido: en categoría masculina Raúl
Butaci (AA Xafatolls) con un tiempo de 1:16:59 y en categoría femenina Ángela
Castello Noria (Independiente) con un tiempo de 1:17:46.
Nuestro
corredor Cecilio López ha finalizado la
prueba con un tiempo de 02:28:39.
En
cuanto a mí, María de los Ángeles Castillo he finalizado con un tiempo de 02:28:08.
María
de los Ángeles Castillo.
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