lunes, 9 de julio de 2018

1ª Cursa de la Bassella (Miralcamp).







El pasado sábado día 7 de julio centenares de personas corrieron el encierro de San Fermín (Pamplona) y cerca de 280 personas, entre corredores y caminadores, nos fuimos a la localidad de Miralcamp (El Pla d'Urgell) para participar en la 1ª edición de la “Cursa de la Bassella”, actividad que fue mucho más temeraria que correr delante de los toros.

Me dirigí al pueblo y cuando vi que estaba situado en un montículo, empece a sospechar. Miralcamp es un pueblo del Pla d'Urgell que de plano no tiene nada, no os dejéis engañar que luego pasa lo que me pasó a mí.  ¡Que chasco! ¡Que empinado estaba todo!

Pero bueno, ya estaba en el pueblo y habíamos ido para correr por lo que me dirigí a la zona de las piscinas donde se había centralizado toda la infraestructura del acontecimiento deportivo.

Vamos a recoger la bolsa del corredor y nos damos cuenta de toda la actividad que se está llevando a cabo para ultimar los más pequeños detalles de la carrera.

Ya desde ese primer momento me doy cuenta de que toda la gente esta volcada en su carrera y que la han incluido dentro de sus fiestas patronales, cosa que me parece francamente bien.

Me llega el olorcito de la brasa cuando se enciende, cosa que asegura un buen bocata pos-carrera y me parece mejor. Jajaja

Pero bueno, os explico, que me desvío
del tema:
 
 

Recojo la bolsa del corredor en la que hay una camiseta de muy buena calidad y con un diseño muy bonito, una de esas camisetas que te las pones para entrenar porque son cómodas.

Con posterioridad, después de comprobar que todos los chispis estamos ya en el pueblo, empezamos a calentar.

Puntualmente a las 20:30 horas se da la salida de la carrera. Salimos como locos puesto que ante nosotros hay cerca de 700 metros de bajadas por el pueblo.

¡Hay madre! Se me había olvidado que todo lo que baja sube, por lo que al acabar la bajada nos encontramos 800 metros de subida pronunciada y serpenteante por las calles del pueblo. Subidas que colocó a cada corredor en su sitio.

 
En el kilómetro 2 ya estaba para el arrastre. Menos mal que nos encontramos unos 500 metros planos para recuperar un poco. Pero, como poco dura la alegría en casa del pobre, a partir del kilómetro 2,5 empezó un subir y bajar sin fin. Aquello parecía un tobogán continuo.

Pasado el kilómetro 3 encontramos el deseado avituallamiento liquido, y digo deseado porque la temperatura era de 32 grados. Me digo a mi misma: La verdad es que cuando ves por la calle correr gente al medio día, con estas temperaturas, te parece una temeridad. ¿Que estas haciendo aquí?, con el fuego que cae del cielo.

Y sigo corriendo hasta que veo un camino recto y el cementerio.

 
María de los Ángeles, ya casi estás -pienso-, pero no. Había que coger un pequeño desvío que alargaba la carrera de 5 km unos 350 metros más, supongo que para acabar de ajustar el kilometraje de la carrera de 10 km. ¡Dios mio, que sufrimiento!

Y final mente el arco de meta en bajada. Sí, bajada de la buena. De esas en las que corres aunque no tengas fuerza porque sabes que aunque llegues el último, has ganado.

Y así nos hacía sentir el Speiker, llamándonos por nuestro nombre y con sus mensajes motivadores, a todos los que en un goteo continuo fuimos cruzando el arco de meta.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
A partir de este momento finaliza la fiesta del deporte y empieza la otra fiesta.

La organización ha preparado dos avituallamientos para los corredores. El primero a pocos metros del arco de meta con bebidas (Isotónicas y agua) y abundante fruta (melón, sandia, plátano, naranja, manzana...) donde había unas señoras simpatiquísimas que te animaban a comer de todo porque nos habíamos esforzado mucho en la carrera. Un poco más y salgo gorda del pueblo.

El segundo avituallamiento estaba abajo, en la instalación de la piscina donde, una vez recobrado el aliento, podías recoger el bocadillo de longaniza y una cervecita para que el pan no se haga una bola en el gaznate. Jajaja

También teníamos preparadas unas mesas para sentarnos mientras esperábamos la entrega de premios y que se iniciara un concierto nocturno de unos músicos de Mollerussa.


 
Total y conclusión:

Fue una carrera muy dura. Prueba de ello es que la mayoría de los corredores entraron en meta con la cara desencajada. (Mirar las fotos).

No se porqué, el cronometro tenia un desfase de 1 minuto. Lo cual no afecto a las clasificaciones porque se hizo la corrección correspondiente.

El Speiker se merece un 10. Estuvo animando el evento y dando información a los corredores antes, durante y después. Fue muy motivador.

Las y los voluntarios de la organización, también se merecen un 10. Estaban donde tenían que estar. Te informaban, te animaban y eran muy amables.

Hubo sorteos de los regalos de los sponsors y un jamón para el equipo más numeroso, en este caso  A. A. Xafatolls

La verdad es que pasamos una buena velada y disfrutamos de un evento deportivo que estaba hecho para que disfrutáramos nosotros, los corredores.




María de los Ángeles Castillo.
 
 




 

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