miércoles, 14 de septiembre de 2016

V trail Perseguint la perdiu

 
El pasado sábado día 10 de septiembre se celebró en la localidad de Vilanova de Meià (Lleida) la carrera de Montaña “Perseguint  la perdiu”. Una dura trail de casi 12,5 km y un desnivel de +750m.  que este año ha celebrado su 5ª edicion.
Me dirijo a la población con el ánimo de disfrutar de una de esas carreras duras que te enseñan muchas cosas y te hacen un poco más corredora de montaña, que en mi caso no me viene mal.
A las 16:00 horas empezó a concentrarse en la zona de las piscinas de la localidad los primeros corredores y los primeros marchistas y nos encontramos con el pequeño problema de que no hay carteles ni zonas habilitadas para aparcar, por lo que más que aparcar los coches, los hemos dejado donde hemos podido.
A las 16:30 horas, puntualmente, han empezado las carreras infantiles, y ya que estábamos allí, hemos aprovechado para verlas.
A las 17:30 horas se dio la salida a la prueba atlética y la caminata. Salimos de la piscina dirección fuente de la Hedra por el río. 1 km. de bajada para ir calentando.
 
Iniciamos la subida por el camino que lleva al Cogulló. Es el tramo más exigente del recorrido. Puesto que en apenas 4km. Hemos subido un desnivel de +450m. Por poco me muero. Ha sido horrible. En este punto ya estaba muerta, pero esto no se había acabado puesto que después venia otra subida de +200m. hacia el punto geodésico de la cima.
 
Nunca había estado en un punto geodésico y aunque lo único que había allí era una placa y un pilar de hormigón, la verdad es que tiene su gracia.
 
Desde allí, se baja por senderos hasta la pista de tierra. Hacia el Puente de Gata.
 
Hasta aquí todo perfecto. Todo perfectamente señalado. Con avituallamientos líquidos y sólidos. Con voluntarios por todas partes que te animaban…
 
Y seguimos subiendo salvando un desnivel de casi +200m. Este es el punto de subida más técnico puesto que para ayudarte a subir había unas cadenas. Y seguimos hacia una nueva subida de unos +100m. que llega hasta una pista forestal.
 
Y es en este momento que empieza la tragedia.
 
Salgo del camino y como no veo ninguna señal sigo camino arriba. No veo ninguna cinta, y sigo, sigo y sigo.  Y empiezo a mosquearme.
 
Después de un buen rato diviso un corredor al que doy alcance.
 
Hace un buen rato que no veo una cinta –me dice el chaval con la cara descompuesta–. Está claro que nos hemos colado –le contesto mientras le insto a desandar el camino.
 
Empezamos a correr los dos juntos y el chico me dice que esta “reventado” y que no puede más. Me adelanto y a 500 metros, una vez pasado el último punto de subida por el que ya había pasado, encuentro una cinta colgada de un árbol. Pego un grito para indicar al chico que este es el camino.
 
Sigo corriendo y sigo sin ver señales que indiquen el camino, hasta que llego a un cartel que pone “ermita de Meià. Y como sabía que el recorrido pasaba por la ermita, sigo para esa dirección.
 
Entre tanto mi compañero se ha metido por el bosque. Pierdo contacto visual con él y entonces decido llamar a la organización para decirles más o menos donde estamos. Y que mi compañero está agotado.
 
(NOTA: yo también estaba agotada, pero la mala leche que tenía en el cuerpo me da más energía que un chute de cafeína).
 
La organización nos dice que intentemos llegar a la ermita, que envían una furgoneta a buscarnos. Y… a “grito pelao” le digo al compañero que subirá la furgoneta a por él. Que se dirija por el camino a la ermita cuando salga del bosque.
 
A pocos metros de la ermita, vuelvo a ver cintas y un par de chicas en una furgoneta. Me dirijo a ellas y les pregunto ¿por dónde ha pasado la carrera?.
 
No entiendo. I am English –me contesta–. ¡Maldito ingles! Que voy a tener que aprenderlo hasta para ir a correr –me digo mientras pienso como le pregunto por dónde han pasado los corredores.
 
Where they have been runners? ­–le suelto con una pronunciación muy penosa pero con mucho lenguaje corporal.
 
La chica parece que me entiende y señala un árbol en el que detecto una cinta. ¡Bien… he encontrado el camino!!!!!!!! ­–me digo dándome perfecta cuenta de que esta oscureciendo y que dentro de poco no se verá nada.
 
Pero a estas alturas no me importa e inicio el descenso hacia el pueblo. Me quedan cerca de 2 km. cuesta abajo por un camino estrecho y pedregoso, pero me da lo mismo porque tengo buena visión nocturna, heredada de mi gato. Jajaja.
 
Durante el descenso solo tenía 3 pensamientos recurrentes:
-Primer pensamiento. María de los Ángeles, como salga un jabalí la hemos liado.
-Segundo pensamiento. ¡Mira por donde…! hace unos meses no quisiste correr la trail de Clos Pons porque era nocturna, y ahora estas corriendo por estos caminos empedrados con una luna más menguante que creciente. No se ve ni torta. No seas tonta y te apuntas el año que viene la trail.
-Tercer pensamiento. ¡María de los Ángeles por tu madre no te rompas una pierna! Piensa que el día 1 tienes que llevar a tu hijo al altar y que con una escayola en la pierna el tema se va a complicar.
 
(Imaginaros una escayola blanca como el vestido de la novia con frases escritas tipo: “quien no tiene cabeza tiene el pie…enyesado” o “eres más chula que tu pata”. Es de mal gusto).
 
(O la madre del novio con un cochecito eléctrico acompañándole al altar). María de los Ángeles mucho cuidado con esas piedras que se intuyen, pero que no ves. ¡Mucho ojo!)
 
Y con estos pensamientos llego al camino de asfalto que lleva a la piscina del pueblo.
 
Como es evidente ya estaban desmontando el arco de meta. Pero… detalle bonito, al verme, las personas que estaban allí levantan el arco para que pase por debajo. Y por fin acabo la carrera.
 
ESTE AÑO LA PERDIZ ME HA MAREADO. El año que viene será otro.
 
A pie de meta me esperaban unas amigas, entre ellas Elvi, que es del pueblo y Rosa, una corredora de trails experta que conocí hace un par de semanas que me explica que estaba preocupada al no verme en el pueblo cuando ha llegado. Que creía que ella era la última. Que estaba muy “rallada” porque se ha equivocado al ir a la ermita y ha acabado haciendo 16 km.
 
Que maja que es Rosa. Preocupándose por mí sin conocerme apenas. Rosa no sabe que soy como  “La insumergible Molly”.
NOTA CULTURAL: Margaret Tobin Brown fue una ciudadana norteamericana que sobrevivió al naufragio de TITANIC. Pues eso, que soy como los gatos. Siempre caigo de pie. Jajaja
 
 
Le explico que yo me he equivocado en el mismo punto que ella, pero que he hecho más kilómetros. Concretamente 18km.
 
Y mientras tanto…la organización comunica que han recogido al otro chico en la ermita.
 
Datos técnicos:
 
Según listado oficial el ganador en categoría masculina Josep M. SEGURA CASTELLS con un tiempo de 01:17:23h. y en categoría femenina la ganadora fue Joanna OKARMA con un tiempo de 01:45:04h.
 
En cuanto a mí, María de los Ángeles CASTILLO, he conseguido finalizar la prueba en 3:23:00h. Aunque debo decir que me pareció una eternidad.
En esta ocasión no puedo facilitar fotos de la entrega de premios porque no llegue a tiempo. Procurare que no me vuelva a pasar. Jajaja
 
María de los Ángeles CASTILLO.
 
 
  
 
 

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