Estamos gafados –me dice mi amigo Fermín al comprobar que no podemos apuntarnos a la Urban Running Night Show de Igualada porque ese día trabajamos de tarde-Noche.
Me niego a pensar algo así, pero lo cierto es que los tres proyectos deportivos que teníamos planificados este año nos han salido regular.
Nuestro primer proyecto fue hacer la Race Reis de Igualada. Carrera de 10 km. en la que ya fui lesionada. Y en la que para mí vergüenza, me arrastre los 10 km. hasta la meta. Con más pena que gloria.
Nuestro segundo proyecto fue la Media Maratón de Balaguer. Aquí “pete” en el kilómetro 4,5 y la acabe porque mi amigo José Manuel Segurado me pidió que no abandonara y yo le di mi palabra de que no lo haría.
Y nuestro tercer proyecto era hacer la Cursa del Alba de Montserrar. Pero no pudo ser puesto que se agotaron las plazas 10 horas después de abrirse las inscripciones. Cuando me fui a inscribir ser me quedo la cara de tonta. ¿Qué hacemos ahora? –me pregunto Fermín–. No te preocupes, nosotros entrenamos como teníamos planeado y ya se me ocurrirá algo –contesté–. Y lo que se me ocurrió fue que yo buscaría una carrera de montaña para el mismo día y correríamos simultáneamente.
Dicho y hecho. Ayer día 8 a las 09:00 horas era el gran día. Fermín en la Cursa del Alba de Montserrar (Collbato) y yo me traslade a Ivars de Noguera para correr la Trail de Montpedró, prueba puntuable para la Trail Running Series de Lleida de 24 km. con un desnivel positivo de 1000m.
Como decía, a las 09:00 horas se dio la salida de la Trail de Montpedró de 24 km. con un desnivel positivo de 1000m. y de una mini trail de 10 km. y un desnivel positivo de 300m.
En apenas unos segundos los 200 corredores que se habían reunido en Ivars, salieron corriendo a toda velocidad. Como si no hubiera un mañana. Con energía y entusiasmo, a dar lo mejor de cada uno, en una prueba atlética muy exigente. Muchos de ellos conscientes de que en el día de hoy iban a tener que poner toda la carne en el asador. Otros no tan conscientes, pero esa es otra historia.
Llegamos juntos al 1er avituallamiento y en este punto se dividen las 2 carreras.
De repente me doy cuenta que como casi siempre, estoy corriendo sola. Diviso unas camisetas de diversos colores delante de mí, pero en la primera subida las pierdo de vista. Todavía soy muy lenta –me digo sin preocupación alguna–. Y sigo subiendo y subiendo.
De repente me doy cuenta de que el camino pedregoso se me acaba y que no hay camino. ¡cagoen…! (lo sé, no debería decir palabrotas, pero…)
Ahora toca hacer el “cabra” por las rocas. Me resigno y me digo a mi misma que eso ya lo había hecho en otra ocasión, y que no era para tanto. Y… trepo hacia arriba, porque eso de trepar hacia abajo no me sale muy bien. Jajaja
Mi recorrido, el de la prueba de 24km. ha transcurrido por los alrededores del embalse de Santa Ana, combinando montaña escarpada, caminos boscosos y trialeras.
Las vistas eran maravillosas desde la cima, todo y que el día estaba nublado y amenazaba lluvia. Lluvia que ha ido cayendo en forma de gotitas de forma intermitente, muy suavemente.
He ido haciendo de más y de menos hasta que he pasado el punto de corte del kilómetro 14 en el que ha empezado la última subida. ¡Criminal! Ha sido criminal. En apenas 1,5 kilómetros he subido por una montaña escarpada 300 metros de desnivel. Literalmente he tenido que escalar entre grandes rocas. Me he cogido a aquellas piedras con uñas y dientes, como una lapa, puesto que tenía la plena conciencia que si me resbalaba por aquellas piedras me podía hacer mucho daño.
(Nota para la próxima trail: Cortarse las uñas. Con uñas de gato se trepa mal por las rocas. Nada de manicura antes de una trail).
Tardo una eternidad en subir a la cima. En lo alto me encuentro una ermita y unos voluntarios que me dan agua y me advierten que la bajadita no tiene desperdicio. Que tenga cuidado.
Todo y el cuidado que he tenido, mis posaderas han tocado el suelo un par de veces. Pero sé que no hay deshonor en tener un contacto tan íntimo con la naturaleza. Y… sigo hacia la meta, en el pueblo, en Ivars.
A 500 metros de la llegada, el remate de los tomates. Escaleras para subir al pueblo. Jajaja… con lo hecha polvo que estoy.
FIN.
Me siento como una campeona. Quien me había de decir a mí hace 4 meses cuando empecé a correr por la montaña que sería capaz de hacer una carrera de este tipo.
Datos técnicos:
Del club de Atletismo Fraga-Bajo Cinca se desplazan tan solo 2 corredores: Juan Carlos Soro y una servidora, María de los Ángeles Castillo.
Hemos encontrado avituallamientos en los km. 4.5, 9.5, 13.5 y 19, con agua, bebida isotónica, golosinas y fruta variada.
La señalización ha sido buena y el trabajo de los voluntarios también. Estaban donde tenían que estar y te iban indicando para que no te perdieras. La organización ha sido francamente buena.
A la llegada esperaba a los corredores un avituallamiento final con refrescos, bebida isotónica, fruta variada y la comida. Sí, la comida. La organización nos ha preparado
para comer pasta de primero, longaniza con patatas de segundo y fruta de postre. Para remojar la comida cerveza fresquita para todos.
Al final de la carrera de 24km. 1000m +D los ganadores han sido: en categoría masculina Diego Cardozo (Wala) con un tiempo de 2:00:54 y en categoría femenina Natàlia Badia (Tri 4.40) con un tiempo de 2:42:04.
Nuestro corredor Juan Carlos Soro ha conseguido el 16º puesto con un tiempo de 02:21:12.
En cuanto a mí, María de los Ángeles Castillo he quedado la 21 femenina con un tiempo de 03:53:12.
María de los Ángeles Castillo.
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