El sábado día 15, a las 20:00 de la tarde, se dio la salida de
la carrera de montaña “Trenkacames” de la localidad de Rosselló. Carrera de montaña de 9,5 km. y 400 m. de
desnivel positivo.
No recuerdo exactamente como nos enteramos. Pero creo que la
primera en mencionarlo fue Montse. El caso es que recordé que durante el tiempo
que estuve trabajando en igualada(Barcelona) hacían una carrera que se llamaba
“La Gran Follada”, que era muy divertida y que consistía en correr unos
kilómetros en pareja, atados, y que había tramos en que uno tenia que ir a
caballito del otro, correr una hacia hacia delante y el otro hacia detrás y
pasar por un laberinto de balas de paja, y esto sin soltarse de la cuerda.
El caso es que José Manuel y yo nos apuntamos a la Trenkacames
de Rosselló en la modalidad de parejas con la única pretensión de divertirnos.
Dicho evento esta englobado en “la nit de l'esport” de esta localidad,
y este año introducía la novedad de
poder hacer esta trail en la modalidad de parejas.
Todo y que por las Tierras de Ponent no es muy común encontrar eventos deportivos encarados no tanto a la competición como a que el corredor disfrute del deporte, en esta ocasión los organizadores de la prueba, Trail running series, han hecho una apuesta arriesgada y han introducido esta modalidad deportiva bastante común en las localidades de Barcelona.
Recogemos el dorsal y nos dan la cuerda a la que tenemos que
estar unidos durante toda la carrera y unos precintos para asegurar que no nos
la quitamos hasta llegar a meta. Si se rompe el precinto durante la carrera
quedamos automáticamente eliminados.
Me miro la cuerdecita y no puedo parar de pensar que en mi
barrio los perritos pasean con cuerdas mucho mas largas. Las vamos a pasar
canutas pienso yo.
Me da la salida y no tardamos en darnos cuenta que aquella
cuerda es bastante corta, de apenas un metro, por lo que no nos podemos
despistar para no tener un disgusto. Y esto quiere decir que hay que tomar las
subidas con mucha precaución, y las bajadas con muchísimo control. Es decir...
que tenemos que coordinarnos muchísimo.
Como es evidente, a José Manuel los 9,5 km. le parecen poco y decide que hagamos
el extra. Me explico: El extra es medio kilómetro más que hay que
decidir hacer o no una vez llegados al kilómetro 2. Si decides hacerlo, te
regalaban un lote de productos (1/2 litro de aceite, 1 litro de zumo y 1 lata
de melocotón en almíbar). Y... como
estaba claro que no íbamos a ser los primeros en llegar al kilómetro 4 y coger
el jamón que había en el avituallamiento, José decide que mas vale pájaro en
mano...
Y aunque siempre nos va a quedar la duda de si podíamos haber
llegado los terceros si no hubiéramos hecho el extra, lo cierto es que con el
premio de los terceros, una medalla y una botella de vino, no se...
El caso es que en la entrega de medallas me doi cuenta que la
medalla de las Trail running Series me falta para mi colección. Es algo que
dejo pendiente para el año que viene.
Continuo...
Pasamos el avituallamiento y a un grupito de corredores cuando de repente detrás de nosotros cae un corredor. El pobre chico se torció el pie y estaba rabiando de dolor. Nos paramos a socorrerlo, como es normal, hasta que aparece una chica de la organización.
Debo decir que en este punto he vivido una de esas escenas que
me indigna como corredora, y no es otra cosa que la de haber visto como la
gente pasaba por delante del herido sin apenas preocuparse por el pobre chaval.
Cuando pasa la chica de la organización se queda con el
lesionado y hace una llamada para que le recojan, y nosotros continuamos.
Evidentemente, vamos a la caza de los corredores que han pasado
de forma indiferente ante aquella situación, y los pasamos. Los pasamos a ellos
y a unos cuantos más.
Y en el ultimo avituallamiento, vemos una pareja y nos animamos
a darles alcance. Los pillamos a escasos 800 metros de la meta y nos animamos
solos y empezamos ha acelerarnos por el camino hasta atravesarla.
Evidentemente, hemos torpeado mucho, y mi compañero se ha
llevado mas de un pisotón, de dos y de tres. Jajaja (Le voy a tener que comprar
unas zapatillas nuevas para su cumpleaños).
Pero, no es fácil correr por montaña en general, y menos cuando la
distancia máxima entre dos personas es de un metro y hay que pasar por
estrechos senderos, bajar y subir por trialeras y esquivar arboles y ramas.
La verdad es que en las cuestas José Manuel tiraba de mi para que subiera y en las bajadas me decía aquello que me dice cuando hacemos las medias maratones “ Mari... te estas acelerando”
De todas formas, debo decir que como experiencia es muy
divertida.
Por otra parte hay que mencionar que todo estaba perfectamente
organizado, que el circuito estaba muy bien señalizado y con gran cantidad de
voluntarios de la organización y que el avituallamiento final ha sido muy
generoso y hemos podido vivir una vez más, una de esas noches de deporte y
hermandad que tanto nos gusta.
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