El lunes día 10 de septiembre a las 09:34 horas, se empezó a materializar el “Sueño Mundialista”.
En el momento que subí al tren con destino Málaga me di cuenta de que ya no había vuelta atrás. Ya estaba aquí. Había llegado el día y ya no había tiempo de escusas tipo estoy lesionada, tengo un tirón, he sobreentrenado y lo estoy pagando,…había llegado el momento de la verdad. Solo cabía correr, correr y correr, correr aunque fuera para quedar la ultima.
Los nervios empezaban a aparecer. Solo tienes que correr, que para eso vas a Málaga María de los Ángeles –me digo-. ¿Quién me mandaría meterme en estos fregados? -me preguntaba una i otra vez-. Pero claro, un mundial es un mundial, ¿Cuándo vas a poder ir tu a un mundial de atletismo?, y así, miles de preguntas mas.
Total, 5 horas de tren y llego a la ciudad. Un calor que mata, una humedad para respirar, asfixiante, y la emoción de hacer algo nuevo para mí. Un sueño que cumplir. El sueño mundialista.
Desde que volví a nacer el 30 de noviembre de 2017, decidí que no me dejaría nada por hacer. Y participar en algo grande como esto era uno de mis anhelos, así que Isabel, José y yo decidimos que seriamos mundialistas, y como este año nos lo han puesto a huevo, celebrando el acontecimiento deportivo en España, aquí estamos, el Málaga.
Isabel corrió la semana pasada sin excesivo éxito pero haciéndolo lo mejor que pudo dadas las circunstancias.
El día 11 a las 16:00 horas, bajo un sol de justicia corrí yo los 400 metros. ¡Qué horror! Creo que en mi vida he corrido tan mal. Salí fatal, muy lenta, y cuando quise recuperar mis piernas se volvieron de plomo y no las podía levantar. Fui la última de mi serie. Por poco, pero la ultima. Fueron unos 400 metros interminables y cansinos a 3 segundos más de lo previsto que lo único que me aportaron fue un mal sabor de boca y una profunda decepción.
Pero si lo miramos bien y de forma objetiva, tampoco fue para tanto.
Yo, que soy amiga de las matemáticas, porque sé que son la salsa de la vida, hago números y realmente me salen las cuentas redondas.
Para empezar, quitaros de la cabeza la idea preconcebida de que las mujeres no sabemos de matemáticas. Esa idea es machista, y la experiencia me dice que no se sabe lo que no se estudia, y lo que se estudia se aprende, y yo sí que he estudiado matemáticas.
Pero a lo nuestro, que por muy mal que lo haya hecho me salen las cuentas.
Me explico:
¿Cuántas mujeres corren en la actualidad en todo el mundo?, ¿100 millones? De esas mujeres ¿Cuántas tienen más de 35 años? (para que sean máster), ¿10 millones? De esas mujeres ¿cuántas corren 400 metros y tienen más de 50 años? ¿100 mil?. Pues bien, yo he quedado la 40 de 100 mil. ¡Joder, que buena que soy! Jajaja
Y por si esto fuera poco, una semanita en Málaga haciendo turismo y rematando la jugada con la media maratón el domingo. ¿Se puede pedir más? Pues no.
Yo soy una de esas personas que viven sus sueños con intensidad y pasión, sin preocuparse por lo que crean los demás. Soy consciente de que es posible que lo que a mí me parece glorioso, a ti te puede parecer pequeño o ridículo, pero todo en esta vida es cuestión de perspectiva, de atreverse y de valorar los momentos, de vivir nuestros sueños.
¿Y tú, eres capaz de vivir tus sueños?
María de los Ángeles Castillo (Mundialista).
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