En la tarde del sábado día 17, sobre las 20,30 h. tenía la salida la caminata organizada por Pasadavan, cuyo recorrido va de Fraga a Cardiel. Con esta caminata, la asociación senderista "cierra por vacaciones" hasta finales de septiembre, donde reanuda la temporada con otra caminata nocturna, pero en esta ocasión por dentro de la ciudad de Fraga.
Cardiel Extrem, es una caminata bastante esperada por la gente de Fraga, pero parece que está traspasando fronteras ya que pudimos ver una gran número de caminantes venidos de Lleida y alrededores que quisieron unirse a la cita. La participación de este año superaba los 150 inscritos 50 personas más que el año pasado..
Las altas temperaturas reinantes este fin de semana, daban honor al nombre de "extrem" con el que en su día se bautizó a la caminata.
Jose y yo nos apuntamos por segunda vez a la Cardiel Extrem, la primera fue en el 2015, también fue una tarde-noche muy calurosa, pero no tanto como la de ayer. En aquella ocasión realizamos 15 km, subiendo por San Simón. Nos gustó la experiencia y el trato de la organización. El año pasado no pudimos repetir, no recuerdo el motivo, seguramente tendríamos carrera al día siguiente, así que tuvimos que esperar otro año para realizarla.
Comentamos la caminata con algunos amigos y compañeros y algunos de ellos se animaron a acompañarnos. Así pues, Eva Berenguer que también se trajo una compañera, Olga Baiget y Paco Macias del Last Zankadas de Lleida, también se animaron a realizarla con nosotros. Allí en el momento de las inscripciones vimos también a Alfredo Martín dels Trotallunàtics de Lleida, que venía acompañado de un gran número de senderistas. Mucha gente conocida de nuestra ciudad y que son fieles a esta y otras citas que organiza la asociación.
Realizadas unas cuantas fotos de rigor, mientras esperábamos la salida, con entrevista de la tele fragatina incluida, dieron la salida sobre las 20,45 h. En esta ocasión la caminata discurría por otro recorrido, saliendo por detrás de los talleres de Zazurca y pasando por la antigua carretera. En total no eran los 15 km que ponía en el cartel, por esta ruta los kilómetros pasaban a ser 18,520 y tardamos, nosotros, 3h19'.
La salida se realizó en pelotón, pero ya pronto se empezó a estirar, al enfilar el primer sendero en el que había que ir uno a uno. En todo momento, estuvimos unidos manteniendo el ritmo con Olga y Paco. Creo yo que un buen ritmo. Eva y Claudia se quedaron un poco más para atrás y ya no las vimos más hasta la llegada.
Con el botellín, que nos dieron a la salida, en mano, realizamos los primeros kilómetros, sin parar de dar sorbitos a la botella e incluso de remojarnos con ella por encima, al menos yo. Encontramos un avituallamiento líquido, quizás demasiado pronto, y no dudamos en coger otros botellines pues el que llevábamos estaba ya más que vacío. Digo que quizás demasiado pronto porque fue el único que encontramos en los 18,5 kilómetros de recorrido.
Los kilómetros se iban sucediendo y la noche se iba acercando, pronto tuvimos que colocarnos el frontal y la luz intermitente roja que nos proporcionó la organización. No había luna llena. La conversación con Olga y Paco era amena, a veces se cruzaba con los que iban por delante o con los que teníamos detrás.
Al llegar al ventorrillo hubo un poco de confusión, no sabíamos si íbamos bien o no. El grupo que iba en cabeza estaba un poco alejado y allí tuvimos dudas. Proseguimos. Veíamos las luces de Cardiel, a las cuales parecía que no llegábamos nunca. Mirábamos hacia atrás y se veía una larga, larga, serpiente, zig-zagueante, de luces en la oscuridad, que seguía sin pausa el camino marcado. Llegamos al kilómetro 15 y las luces del poblado seguían lejos. Tuvimos hasta el humor de trotar unos cuantos metros y es que ya teníamos ganas de llegar. Por fin se divisaba un poco el perfil de la iglesia. Estábamos llegando. Al final lo dicho anteriormente, 18,5 km y 3 horas 19 minutos. Llegamos a Cardiel a las 00,05 de la noche.
Olga y yo fuimos directas al baño. Luego cogimos el bocadillo y la cervecita bien fresquita. Nos sentamos a comerlo tranquilamente mientras iban llegando poco a poco el resto de caminantes.
El primer grupo en llegar estaba ya preparado para iniciar el regreso al punto de partida. Alfredo, estaba ya sentado en el autobús cuando nosotros llegamos. Tuvo que bajarse para despedirse.
El primer viaje del bus hacía su salida y nosotros no habíamos terminado el bocadillo, así que decidimos esperar al siguiente viaje y terminar tranquilamente. Llegaron Eva y Claudia. Después del bocata, un poco de sandía, que sentaba muy bien y también un poco de coca.
Allí sentados comiendo y descansando, Jose encontró un fan y seguidor incondicional de su blog, con el que estuvimos hablando largo rato. Gracias por seguirnos.
No sé por qué el autobús tardó bastante en regresar y a sobre las dos y poco de la madrugada iniciábamos ya por fin el camino de regreso a casa. Y digo "por fin", porque a esas horas ya me dio el bajón, después de levantarme a las cinco para ir a trabajar, luego la casa, la siesta muy corta y las tres horas y pico de caminata, las pilas se me habían agotado ya.
Vuelvo a repetir, la compañía excelente, el ambiente muy bueno, la organización impecable. Seguramente será un, hasta el próximo año, Pasadavan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario