lunes, 4 de julio de 2016

Subida al Pedraforca



Día 2 de julio, nos disponíamos un grupo de amigos y yo a coronar el pico de Pedraforca.
 
Empezamos siendo 9 pero no llevábamos ni 10 minutos de caminata que a uno de ellos se le subieron los gemelos y empezó a marearse y siendo menor de edad, se quedó su primo con él y marcharon para Lérida. Una pena, pero los 7 que aún quedábamos continuamos, fastidiados pero con muchas ganas.
 
Saliendo del pueblo Gósol, fue un poco duro porque era todo subida y no habíamos calentado y costó un poquito hasta que el cuerpo empezó a ir cada vez mejor y con ganas.
 
El primer tramo de 4KM era todo boscoso y por sendas preciosas. Fue espectacular. A partir del KM4 empezó a complicarse cuando vi una pared que no tenía fin y me dice un compañero que había que escalar.
 
En fin no quise ni pensarlo me dije, por qué no?... uff que bien empezamos a escalar con mucho cuidado, porque era peligroso y había que ir con pies de plomo.
 
La ruta la marcaba unos puntos amarillos en las rocas, pero muchas veces ibas por donde podías por que  había bastante gente que nos iba retrasando y teníamos que ir adelantando. La verdad que fue bastante dura la escalada, no tenía fin, coronaba un pico y veía que quedaba otro, y así hasta tres veces.
 
 
Jajajajajaja... pero mereció la pena conquistar el pico. Una vez allí nos sentamos a comer en lo más alto, con mucho frío que nos tuvimos que cambiar las camisetas sudadas. Pasados tres cuartos de hora, empezamos el descenso no fue escalada pero tuvimos que sortear muchas piedras con cuidado de no tropezar por que si no te podías hacer  mucho daño.
 
Una vez pasado el obstáculo  vino más descenso pero ahora era tierra y graba suelta, fue divertido por que caímos todos. Fue genial alguno la hicimos corriendo. Ufffff...  llegó un pequeño descanso, ni de ascenso ni descenso, que alivio ya empecé a sentir los cuádriceps cargados y el agotamiento se deja ver entre algunos de nosotros. Después de ese descanso nos partimos, dos de ellos la terminaron corriendo, cuatro de nosotros nos perdimos y uno quedó solo, que era el único que llevaba el GPS. Los cuatro que nos perdimos llegamos a un tramo casi vertical de descenso que presuntamente era tierra y grava suelta, la cual bajamos dejándonos llevar. Ahí llegaron muchas caídas y risas había tramos de graba en que  se te hundía el pie. Ahí empecé a correr y fue muy divertido, nunca había corrido por terrenos así. Me lo pasé muy bien bajando, disfrutando, que de eso se trata siempre y justo abajo fue donde me pegué una buena leche. ¡Qué dolor!
 
Terminamos el descenso en el rio que estaba seco. Así, hasta llegar al punto de salida donde nos esperaba la fuente del pueblo  y sin pensarlo dos veces metimos las piernas en ese agua tan, tan fría.
 
Una experiencia para volver a repetir.

Cecilio López.

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