El sábado 27 de agosto a las 19.00 horas, se dio inicio a la segunda Milla Urbana de Sidamon. Prueba atlética organizada por el Ayuntamiento de la población coincidiendo con la fiesta mayor.
No suelo participar en pruebas de este tipo porque nunca sé cómo enfrentarme a ellas y acabo reventada. Sí, ya sé. Solo son 1609 metros. Pero no por eso la milla es una carrera fácil. Si sales a tope te quedas por el camino o llegas a la meta a punto de vomitar, y si vas niano-niano, parece que no estás participando en una competición. Además, normalmente por estas fechas estoy participando en la Cursa de la Cordera, que no se por qué motivo este año la han retrasado.
Total que este año me he animado y como mi compañera y amiga Montse Horta, que estuvo con su familia el año pasado, me dijo que lo habían pasado muy bien, a las 18:00 horas desembarco en la población para recoger el dorsal de participación.
Nada más llegar me encuentro que los voluntarios de la organización están acabando de delimitar el circuito; lo rengan con mangueras de agua para refrescar un poco el ambiente, puesto que hace un sol de justicia; y me doy cuenta que a lo largo del circuito, situadas en la avenida Generalitat, han colocado sillas para que se siente la gente mayor y disfrute de la prueba deportiva. ME ENCANTA EL DETALLE.
Entro a la zona deportiva y me encuentro que en la mesa de entrega de dorsales hay un corredor, compañero de mil carreras, el cual se alegra de verme y me desea suerte.
Me gusta que en la organización de las pruebas atléticas haya corredores en activo porque de esta manera dan una visión real a la organización de lo que gusta o no gusta a los participantes de las carreras.
Decir que la participación en la carrera fue totalmente abierta. Eso explica el gran éxito de participación. Nada más y nada menos que 350 atletas que participaron en las categorías de Pulgarcito, Patufets, Prebenjamín, Benjamín, Alevín, Infantil, Cadete, Junior, Sénior, Veterano A, Veterano B, Veterano C y Especiales.
Lo que quedó muy claro desde el principio fue que se trataba de un festival del deporte. Con gran numero de categorías, puesto que de lo que se trataba es de animar a la gente a participar.
Y eso me recuerda que estoy un poco cansada de ir a carreras donde tengo que competir con chicas de 20 años en la categoría general porque la organización solo da premios a los tres primeros. Por ejemplo: en casi todas las carreras de 5km. que se celebran en Lleida. Que, aunque me moleste, sería aceptable si no fuera por el pequeño detalle que los corredores de 5km. pagamos lo mismo que los corredores de 10km. y tenemos menos opción a premios.
Pero siguiendo con lo nuestro que me desvió del tema (me enciendo sola. Jajaja).
Las inscripciones a la prueba fueron totalmente gratuitas porque el fin que buscaba el organizador era la máxima participación, el fomento del deporte a todos los niveles y edades y que el publico disfrutara del espectáculo de la prueba atlética.
Y esto también me recuerda que no hace mucho se ha cobrado 20 euros a un compañero por participar en una carrera de 10km. con la escusa de que es benéfica. Ni que decir tiene que me parece un robo y que por eso no me he apuntado. Que la organización recuerde el refrán: “PAN PARA HOY, HAMBRE PARA MAÑANA”. (Pa per avui, fam per demà). Traduzco para que nos entendamos todos.
Y para hacer el evento mucho más atractivo, hubo bolsa del corredor con camiseta y merienda para todos (bocadillo de jamón o queso, agua, manzana…). Además, los participantes y familiares tuvieron toda la tarde acceso libre a las piscinas y la zona deportiva.
CONCLUSIÓN: La organización fue impecable. Los voluntarios se preocuparon de todos los detalles desde el principio hasta el final. La gente, tanto corredores como espectadores, disfruto muchísimo de una tarde de deporte. Se respiraba en el ambiente “buen rollo”. Y… algo que no siempre pasa, los atletas nos fuimos a casa contentos.
¡Sidamon…amenazo con volver!. Jajaja
Fotos Maria de los Ángeles Catillo
María de los Ángeles CASTILLO
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